Périgord en Francia es una de las regiones con mayor densidad de arte rupestre paleolítico. En la zona de Les Eyzies, en la meseta de Légal, hay una cueva con siglos de tradición: Rouffignac.
La primera mención documental de sus obras de arte es de 1575 y entró mucha gente de la zona, causando daños evidentes. Pero el arte rupestre fue “redescubierto” por cuatro hombres en junio de 1956.
Rouffignac está formada por más de 10 kilómetros de galerías en tres niveles superpuestos, los artistas paleolíticos solo estuvieron en el primero, decoraron 3 kilómetros, concentrándose la mayoría de las imágenes en 300 metros. Hay figuras grabadas sobre arcilla blanda o piedra dura, así como pinturas negras de dióxido de manganeso.
Predominan los mamuts, muchas veces organizados en grupos, en ocasiones asociados a otras especies, algunos con un grado de detalle espectacular. Hay también caballos, bisontes o cabras. Las figuras de tres rinocerontes lanudos son especialmente significativas, por ser una especie extremadamente rara en el arte rupestre. También se han identificado cuatro antropomorfos.
Las imágenes se consideran del Magdaleniense, de hace unos 13.000-11.000 años. Las representaciones podrían haber sido hechas en un corto período de tiempo y por un reducido grupo de artistas.
No hay yacimiento arqueológico del Paleolítico, parece que en esa época tuvo carácter de “santuario”, sus primeros habitantes fueron los osos. Fue vivienda en el Mesolítico, cementerio en el Neolítico y necrópolis donde depositar cenizas en la Edad de Metales.
En 1979 fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el grupo de “sitios prehistóricos y grutas decoradas del valle de Vézère”. Se habilitó un tren eléctrico para visitar la gruta, lo que facilita el control de los visitantes y la conservación de las figuras.