La Cueva de La Meaza se encuentra en el municipio cántabro de Comillas, en el barrio de Ruiseñada, cerca de la carretera entre Cabezón de la Sal y Comillas.
Hoy en día está en un frondoso bosque, pero el paisaje podría ser totalmente distinto en el Paleolítico Superior, la vegetación sería mucho más escasa debido a la Glaciación.
Tiene una gran boca, orientada hacia el suroeste, es posible que en la Prehistoria tuviera una visera y que esta colapsara más adelante. De ahí parte un vestíbulo descendente y acaba en una gran sala colapsada por bloques al fondo. Esa sala mide unos 59 metros de largo, 42 metros y unos 10 metros de altura.
Fue descubierta en 1907 por el renombrado arqueólogo Hermilio Alcalde del Río, fue la persona que descubrió e investigó muchas cuevas de Cantabria. Las excavaciones se efectuaron en la década de 1940 y en ellas se descubrieron restos de ocupación del Paleolítico Superior, Aziliense y Mesolítico, también enterramientos del Calcolítico o de la Edad de Bronce y algunos restos de la Edad Media.
La parte izquierda y la derecha de la cueva son muy diferentes, a la izquierda llega la luz del sol y allí se acumulan casi todos los restos arqueológicos, la derecha queda a oscuras y es donde se concentran casi todas las representaciones de arte rupestre.
Sus manifestaciones rupestres se descubrieron a finales del siglo XX, están en un estado de conservación bastante malo, pero entre ellas se puede ver un signo curvo realizado a base de formas geométricas, un par de puntos rojos y un panel de grabados difíciles de interpretar, así como un signo serpentiforme y algunas manchas rojas muy perdidas.
Las figuras han sido atribuidas al Solutrense, pudieron ser hechas hace unos 18.000 años. La cueva es propiedad del Gobierno de Cantabria y está cerrada al público.