La cueva de La Clotilde o La Lora está en el municipio cántabro de Reocín, localidad de Quijas, en el valle del río Saja. Tiene dos entradas, la que se utiliza hoy en día es artificial, tiene un desarrollo de unos 200 metros, con galerías rectas y accesibles.
Fue descubierta e investigada en 1906 por los arqueólogos Hermilio Alcalde del Río y Henri Breuil, posteriormente se han hecho más hallazgos.
Describieron restos de ocupación del Magdaleniense (hace unos 16.000-12.000 años) y representaciones de arte rupestre de finales del Auriñaciense o del Gravetiense. Hay azagayas del Magdaleniense y un trozo de cerámica terra sigillata de la época romana.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1997. Hoy en día está cerrada al público, las representaciones resultaron dañadas por actos vandálicos al menos en tres ocasiones, el acceso está limitado a investigadores y se necesita permiso del Gobierno de Cantabria.
Una de las características diferenciadoras de su arte rupestre es el empleo de la técnica del “macarroni”, las representaciones están hechas con los dedos directamente sobre la arcilla blanda, en techos y paredes. El estilo de las figuras parece tosco, con perspectiva torcida o semitorcida en los elementos figurativos.
Hay 9 representaciones de animales, 7 bóvidos, un caballo y un felino dudoso. Se observan varios signos complejos, tales como un trabajo de relleno con líneas oblicuas y cruzadas, también hay algunas manchas rojas aisladas.
Unas representaciones muy poco convencionales causan dudas sobre su cronología, se han situado muy al final del Auriñaciense o durante el Gravetiense, hace entre 28.000 y 23.000 años, pero hay investigadores que los sitúan en la misma época que los restos arqueológicos, en el Magdaleniense, hace unos 16.000-12.000 años.