Lascaux: la catedral del arte rupestre

La cueva de Lascaux, situada en Montignac, Dordoña, es una de las primeras referencias del arte rupestre paleolítico en Europa. Está en el valle de Vézerè, una de las áreas de todo el mundo con mayor concentración de arte rupestre y sitios habitados paleolíticos.
Las figuras fueron descubiertas en septiembre de 1940 por un grupo de chicos que entraron en una cueva a buscar a su perro, la primera imagen que vieron fue la de una persona muerta frente a un bisonte.
Guarda una inmensa cantidad de representaciones, se han documentado 1.500 grabados y 600 pinturas, entre otros 364 caballos, 90 ciervos, uros, bisontes, felinos, un pájaro, un oso, un rinoceronte y un humano. Como curiosidad, no hay ningún reno, pese a que era la base de su alimentación.
Las figuras pueden ser de hace unos 17.300-17.000 años, de principios del Magdaleniense, aunque algunas pueden ser incluso más antiguas. Destacan las figuras animales de gran tamaño, su parte más conocida es la Gran Cámara de los Toros.
Lascaux se abrió al público en 1948, recibiendo unos 1.200 visitantes al año. El daño que ello estaba produciendo en las representaciones era evidente para 1956, lo cerraron en 1963 y restauraron las figuras a su estado original, haciendo un seguimiento diario.
En 1979 la UNESCO declaró Lascaux Patrimonio de la Humanidad junto con otros sitios del valle de Vézerè. En 1983 se abrió Lascaux II, la réplica que acoge las figuras más significativas de la cueva.
En el 2000 se renovó el sistema de ventilación de la cueva, pero el cambio alteró el equilibrio interno de la cueva y las figuras empezaron a deteriorarse muy rápidamente, encontrándose en grave riesgo de desaparición. Por ese motivo, en 2008 la UNESCO incluyó Lascaux en la lista roja de los elementos Patrimonio de la Humanidad en peligro de desaparición.

arazi

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