La cueva de Ebbou está en la comuna de Vallon-Pont-d’Arc, a cerca de un kilómetro aguas arriba del núcleo urbano, en la margen derecha del río, a una altura de unos 130 metros sobre el nivel del mar, en el departamento de Ardèche, región de Auvergne-Rhône-Alpes.
Es una de las cuevas con arte rupestre paleolítico descubiertas en la cuenca del río Ardèche, un territorio con una alta densidad de este tipo de manifestaciones, debió ser una zona con un microclima especialmente protegido en las adversas condiciones climáticas del Paleolítico Superior.
Conocida también como Grotte du Château d’Ebbo o Grotte du Châteu d’Ebbou, adopta su nombre de una fortaleza que existió cerca de allí en el siglo XVI.
Tiene un gran vestíbulo y una galería de unos 90-100 metros que parte de él, al final de esa galería hay una sala de unos 25 metros de largo y unos 5-10 metros de ancho, con figuras grabadas en paredes y techo.
La primera mención de su arte rupestre la hizo el investigador Jules Ollier de Marichard en 1873, pero cayeron en el olvido hasta que el arqueólogo André Glory las mencionó y público de nuevo en 1946. Se han documentado unas 70 figuras grabadas, la mayoría de animales.
Las representaciones muestran un estilo muy sencillo, hay caballos, uros, íbices, bisontes, un mamut, un gran felino y varios animales indeterminables.
Muestran una gran homogeneidad técnica y estilística, pueden ser de finales del Solutrense, hechas hace unos 18.000-17.000 años, aunque un bisonte puede ser más reciente.
Está en la Lista Francesa de Monumentos Históricos desde 1947. Estuvo abierta al público hasta 1964, lo que afectó la conservación de las figuras, y se decidió su cierre. El alto grado de humedad existente en la zona donde se encuentran los grabados también ha provocado la descomposición de la roca y el daño a las figuras.